sábado, julio 24, 2010

El cazador de mitos y el destructor de ilusiones




Situación 1:

Imagine el lector la siguiente situación: Unos jóvenes e inexpertos padres acuden felices e ilusionados, con su hijo Néstor, de siete años, a entregar una carta a los Reyes Magos de Oriente. Néstor apenas puede contener la emoción cuando frente a él y detrás de una larguísima fila de niños, vislumbra el brillo de las coronas, el dorado de los tronos, el blanco de las canas de tan honorables majestades.

Ambiente navideño, villancicos de fondo y unas bellas y dulces pajes que acompañan al niño a entregar en mano la lista de regalos que espera obtener por haber sido bueno y responsable durante todo el año. Por fin llega la merecida recompensa. Es el momento de conversar con Melchor (que es “su rey”). Se sienta sobre su regazo y antes de que le de tiempo a decir nada, este afable abuelete le propina una súbita cachetada en la mejilla y le espeta: “Eres tonto. Todo esto es una mentira. Los Reyes Magos no existen. Yo solo soy un “actor” al que pagan por hacer su papel. No pierdas el tiempo y no me lo hagas perder a mi”.

No es necesario que invite al lector a ponerse en la piel del pobre niño que, abatido, se retira donde sus padres sin consuelo alguno. Da igual que le traigan lo que ha pedido… todo es mentira, o mejor dicho, todo es “diferente” a como él lo imaginaba. Dura confrontación con la realidad.

Situación 2:

Intente imaginar ahora la siguiente situación: Un paciente (padeciente), Néstor, acude al “especialista” (no me refiero a Stallone) acompañado de una interminable batería de resultados de pruebas diagnósticas, para ver si puede ayudarle (por fin) con su problema. Un dolor (insufrible en determinados momentos), de demasiado tiempo de evolución, que se ha ido agravando con el tiempo, que ha estado tratando casi desde el principio con medicación (que apenas ha ayudado a mitigar la sintomatología). El paciente además ha recibido fisioterapia, chi kung, acupuntura, quiropraxia. Le han masajeado, “enchufado”, frotado, pinchado y crujido. Ha tomado pastillas de todas las formas y colores. Ampollas bebibles e inyectables. Ha consultado médicos de cabecera, traumatólogos, reumatólogos, neurólogos y psicólogos. Ha comentado con compañeros de trabajo y vecinos, y pese a que nadie es capaz de encontrar la solución, no pierde la esperanza en que alguien por fin de con la tecla mágica que resuelva el enigma.

Néstor entra temeroso en la consulta del especialista que, afable, le pide que se siente y le relate con calma el motivo de la consulta. Tras una minuciosa exposición, el terapeuta comienza su discurso: “Empecemos por el material que aporta. No me dice nada. Tiene usted hernias, ¿y quién no? Desgaste ¿qué esperaba? Envejecemos, es algo natural. No lo tome como algo malo. Sus imágenes son como deberían ser. No hay ninguna alteración digna de mención…”

“¡Zas! ¡En toda la boca!. ¿Cómo que no hay alteración digna de mención si tengo más teclas que un piano? Reducción del espacio foraminosequé con prolapsos Duracell y artrosis, ¡ARTROSIS! de las facetas cuchufletas… ¡cómo puede decir que no hay nada!”
Y pasa lo mismo que en la primera situación. Dura confrontación con la realidad, porque la realidad del paciente (padeciente) y la del terapeuta son “diferentes”.
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Yo mismo, no hace demasiado tiempo, empecé a vivir una confrontación con esa realidad “diferente”. No sabía nada sobre el dolor (más allá del modelo de Descartes). Todo era demasiado nuevo y la situación me superaba. ¿Cómo puede un humilde fisioterapeuta tratar un paciente con dolor regional complejo, miembro fantasma o fibromialgia? ¿Por qué la patología de larga evolución no mejora con el mismo tratamiento en distintos pacientes?

De hecho, asaltaba con mis dudas a compañeros y maestros (especialmente océano-mar y Arturo Goicoechea) ¿Era nuestro campo el del dolor crónico? Creo que parcelar la “salud” es equiparable a parcelar el océano. El agua no deja de fluir y en el cuerpo existe una conexión entre todos los circuitos. Trabajar con piezas es útil para los “Lego”, pero es más difícil cuando hablamos de individuos

El campo del dolor es un campo de todos. A todos nos debe interesar por igual y debemos conocer las posibilidades y también las “limitaciones”. Posiblemente una de las más importantes, es que “Néstor” es “inocente” y la información que le damos puede suponer un choque frontal con sus creencias e ideas. La pedagogía del dolor se plantea como fundamental a la hora de abordar un cuadro doloroso, pero debemos ser conscientes de con quien estamos hablando, qué estamos sugiriendo, qué impacto tienen nuestras palabras sobre dicha persona, si nos sigue, si no quiere seguirnos…
Dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Ciego es aquel que no puede ver, bien sea porque su sistema visual no funciona correctamente o porque el área que procesa la información visual en el cerebro no funciona correctamente. Sea cual sea la alteración, el resultado es la ausencia de visión (consciente al menos). No se trata solo de no querer ver, se trata no de saber, y poner un flexo en la cara a modo de interrogatorio lo único que puede propiciar es que el sujeto se sienta incómodo o incluso atacado. ¡Intentan desmoronar mis principios!

A veces escucho a compañeros cansados de pelear, que han intentado por todos los medios llegar a conectar con ese paciente que no quiere escuchar, que no esta dispuesto a cambiar sus ideas preconcebidas sobre cómo funciona su cuerpo por las del “supuesto experto”. “¡¿Qué sabrá él sobre mi?!”. Leo “post” de enfado, de abatimiento… “pacientes ignorantes”…

Simplemente intentar animaros. El camino es largo y difícil pero muchas veces, tras mucho caminar, uno encuentra lo que busca. No siempre sucede pero vale la pena intentarlo, porque ayudar a alguien con su sufrimiento es algo que realmente no tiene precio. Nosotros, gente de vocación, luchamos cada día por ello. No bajéis la guardia, no desistáis, tened en cuenta a la persona que tenéis delante y empatizar, poneos en su lugar, recordad lo poco que os gustó saber que no existían los “Reyes Magos”, o al menos no como nosotros imaginábamos. Evitad la confrontación y fluid.

Un fuerte abrazo.

17 comentarios:

Blogger Arturo Goicoechea ha dicho...

Vicente: te prodigas poco pero cuando apareces das en algún clavo. Describes perfectamente la situación y no tengo nada que comentar salvo que siempre hay que intentarlo, aunque, de entrada, pensemos que no vamos a conseguir nada. Hay sorpresas...

A ver si coges carrerilla.

Un abrazo y gracias por la referencia.

12:21 p. m.  
Blogger Arturo Goicoechea ha dicho...

Vicente: un pequeño detalle: el niño al que le decimos que los Reyes Magos no existen... no tiene padres. Contarle la verdad puede ayudarle a entender por qué no tiene juguetes... No porque sea malo sino por eso... porque no tiene padres.

12:57 p. m.  
Blogger villovi ha dicho...

Siempre son más acertados los comentarios que escribís que las entradas que publico. Guinda más que perfecta.

Un placer como siempre compartir un momento contigo.

Prometo coger carrerilla.

Un abrazo.

1:52 p. m.  
Blogger Unknown ha dicho...

Hola Vicente,

Tan sólo comentar que me ha encantado el post. Lo recomendaré a más de un compañero y paciente.

Un saludo.

3:09 p. m.  
Blogger villovi ha dicho...

Carlos muchas gracias por el comentario. Tengo pensado ir a hacerte una visita un día de estos para que conversemos con calma y poder seguir aprendiendo de ti, esta vez en persona.

Un abrazo.

5:34 p. m.  
Blogger David Carrascosa Fernández ha dicho...

Hola Vicente, soy David, compañero de Jorge y Elia, del grupo zerapi...Decirte simplemente que esta entrada me ha encantado...dices las cosas como son y realmente das en la "tecla".

Es una alegría ver y descubrir cada día a compañeros como tú... que hacen de la profesión algo más que un simple trabajo y entretenimiento... Te mando un fuerte abrazo.

11:40 a. m.  
Blogger Clínica de Fisioterapia Prazer ha dicho...

Como bien dice Arturo, a veces hay sorpresas.
Creo que es importante que nosotros mismos creamos que SI se va a conseguir, para que nuestro "discurso" realmente fluya.
No sé donde lo he escuchado, pero lo importante parece ser el camino, no el destino.
Un saludo a todos.

1:13 p. m.  
Blogger LOURDES ha dicho...

Hola; soy Lourdes. Me ha encantado el blog y esta entrada. Soy nueva aquí y no de la profesión. Soy ex-padeciente gracias al Dr. Goicoechea.
Le acabo de remitir a la fisio osteopata que me ha tratado aquí en Cádiz esta entrada. Está realmente alucinada con mi cambio de situación y muy interesada en este campo desconocido de la biología del dolor.
Espero que estas ideas se vayan difundiendo, y sobre todo, que vosotros lideréis esta batalla contra la irracionalidad.
Yo, dentro de mis límites, estoy tratando de difundir los conceptos, a pesar de que sigo absorbiendo y tratando de aplicarme algunos. Hay ciertos dolores "musculares" que se me resisten aún.

Saludos

1:35 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Vicente: es una alegría enorme leerte de nuevo y en tus coordenadas habituales: ilusión, pasión, entrega, curiosidad y esfuerzo. ¡Enhorabuena!

Realmente lo has descrito de una manera admirable. Comparto tus inquietudes, como sabes, pero al final claro que podemos hacer mucho por los pacientes los fisioterapeutas si pensamos que no son, como el gato de los experimentos del Guyton, simples "bichos descerebrados".

El cerebro existe y es fundamental tenerlo en cuenta. No ya en dolor crónico, sino en cualquier tipo de patología. Desde hace tiempo aplico mis rudimentarios conocimientos en neurobiología del dolor (que aumentan gracias al increíble esfuezo diario del Dr Arturo) no sólo en dolor crónico, sino en otro tipo de condiciones y con éxito.

Los enfermos y lesionados acuden a nuestras consultas, a parte de con dolor, con un grado elevado de ansiedad, que como bien sabes nuestro amigo Sapolski dice que viene determinada sobre todas las cosas, por la sensación de incertidumbre y por la sensación de pérdida de control.

Certezas son las que aportan la pedagogía del dolor. Certezas neurofisiológicas sobre un confuso exceso de información (experta) alarmista basada en la anatomía.

Certezas que desdibujan una imagen corporal basada en discos que se rayan, columnas torcidas, vértebras que se descolocan, picos de loro que a punto están de pinzar nervios...
Certezas que pueden calmar la ansiedad y bajar la guardia del dolor.

Y nuestras terapias y ejercicios, nuestro enfoque del análisis basado en el movimiento, complementan el cuadro dando sobre todo los elementos de control al sujeto que demanda el sujeto.

Es dificil el reto y en no pocas ocasiones es frustante, exactamente por lo que has descrito, ¡plaf! un golpe en toda la cara, pero...¿sabiendo todo esto, cómo volver atrás? sencillamente, no es posible.

Un abrazo querido amigo, compañero y también maestro, un gusto como siempre seguirte leyendo y aprender tanto de ti.

9:54 p. m.  
Anonymous arco ha dicho...

Estimado Vicente.

Yo ya estoy viejo para estas cosas que haces tú (creo que tampoco fui joven para ello). Admiro la pasión que muestras en todo lo que escribes, y de verdad que tu amor/pasión por la fisioterapia salta a la vista. Todo esto de la biología del dolor no solo me parece genial sino que es necesario que se vayan conociendo cosas. Sin embargo yo soy de la vieja escuela, y como bien dices en tu entrada el tema del"ciego" pero el que no quiere ver es más que cierto. Pero yo soy de los que piensa que los primeros ciegos somos nosotros como terapeutas. Los pacientes vienen con sus "cosas", y se encuentran con las "nuestras". ¿Qué pocas veces coincidimos verdad?. Por eso es necesario que el que tiene la rsponsabilidad (el terapeuta), sea capaz de ir quitando capas de cebolla a ese paciente que viene con ansiedades como bien dice océano, pero ante todo viene con toda la información. Él es el único que sabe la verdad, solo que la esconde tras su verdad (alterada seguramente por malandrines compañeros del gremio). Pero llegamos al gran obstáculo, ¿cuántos de nosotros sabemos ponernos delante de un paciente y hacer una "simple" historia, donde realmente recojamos todos los datos sobre esa persona, su lesión y sus circunstancias? Y sin embargo nos llenamos la boca con infinidad de palabras sobre el dolor. ¿Quiénes somos nosotros para atrevernos a decirle al paciente qué pasa con su dolor, si ni siquiera sabemos por qué le duele? Pues eso, somos profesionales de la salud, que viven dentro de una vorágine de obsesión por la ciencia (bendita ciencia que nos ayuda a comprender y a avanzar) queriendo saber el por qué de cada cosa que le ocurre a cada paciente. O mejor, lo que nos interesa es saber qué le pasa al tendón de ese paciente, o a su ligamento,... dejándonos la esencia, lo básico, lo que nunca podemos obviar y obviamos, que es hacer un diagnóstico, y poder así ofrecer un tratamiento. Dolor crónico?, simplemente dolor, qué respeto me da esa palabra. Seguro que encierra un maravilloso mundo detrás de ella, pero la verdad es que para mí no es más que un síntoma y por lo tanto pertenece a un paciente y ese es al que yo quiero, a él y a sus circunstancias, y el dolor pàra mí es un vehículo para saber si le puedo ayudar o no, y para eso debo saber escuchar, interpretar, comunicar, comprender, explicar pero sobre todo hacer partícipe al paciente de su problema. Y luego si sobra algo, dedicaré algo de tiempo a pensar en otras cosas. Pero empecemos por lo básico, escuchemos a nuestros pacientes. Solo falta que además de ciegos seamos sordos.

Un abrazo y enhorabuena por tus entradas.

11:45 p. m.  
Blogger villovi ha dicho...

Cada uno tendrá su razón particular para escribir un blog. En mi caso esto empezó como una serie de reflexiones en "voz alta" sin ninguna finalidad concreta. No pretendo difundir ninguna palabra, porque no soy, como otros "bloggers" experto en la materia, ni me acompaña una larga trayectoria profesional, ni estoy en posesión de la verdad (ni quiero estarlo).

Ahora tengo un motivo para escribir. Cada vez que lo he hecho han aparecido a continuación de mi entrada una serie de reflexiones y comentarios muy interesantes de los que aprendo y me aportan mucho como profesional.

Soy de los que considera que se aprende de casi todo en esta vida, pero poder compartir "tiempo" con profesionales que a nivel personal admiro, creo que no tiene precio.

Me gratifica enormemente que Arturo, de quien tanto estoy aprendiendo, participe en este blog, asi como que mi buen amigo oceano_mar aporte su toque personal de genialidad en cada comentario de los que escribe. Que alguien de la talla (literalmente) de arco utilice este medio para aportar matices que creo son esenciales para mantener un buen rumbo, asi como otros muchos compañeros como Carlos, David, etc. gente a la que leo en cuanto tengo ocasión, anónimos que se hacen eco de las entradas... solo por esto es normal y comprensible que demuestra la pasión que siento por mi profesión, asi como por los compañeros que ayudan a que esta crezca día a día con sus esfuerzos personales.

Muchas gracias a todos y un abrazo.

12:15 p. m.  
Anonymous arco ha dicho...

Estimado Vicente

Si no fuera por tí, yo jamás hubiera oido hablar de Arturo. No es que lo siga mucho, pero lo poco que he podido leer me parece muy coherente y muy actual. Simplemente me faltan horas para llegar a todo.
Si no fuera por tí, seguramente ni siquiera estaría pensando como hago ahora en la biología del dolor o en el dolor crónico.

Ni siquiera me plantearía cosas que te planteas tú en voz alta y que me hacen reflexionar sobre mis cosas.

por lo tanto, que sepas que tú para mí, también eres una ayuda y un apoyo, y siempre me recuerda que a esto además hay que ponerle pasión.

Pero como bien sabes, yo más que un "cienciólogo" soy un terapeuta. Yo a veces leo cosas sobre dolor, crónico, sensibilizaciones, aspectos psicososiales, razonamiento clínico y me digo... pero si esto es lo que hago todos los días solo que ahora resulta que tienen nombres y apellidos. Por eso me llama la atención el "bombo" que se le da a lo nuevo y a la ciencia, cuando todo lo que ciencia revela o demuestra es simplemente la información que obtenemos de NUESTROS PACIENTES. Y siempre volveré a lo mismo y coincido plenamente con un gran colega nuestro como es Robin McKenzie que siempre dice "gracias a mis pacientes porque todo lo que sé se lo debo a ellos".
Y en esa frase me reflejo, todo lo que sabemos es gracias a nuestros pacientes, sin embargo nos olvidamos de ellos y hacemos cosas sobre ellos basándonos en la "ciencia", en decir que hay dolor sin lesión (también hay lesión sin dolor), pero ahí que es donde tenemos que ser los buenos, en saber si hay o no lesión, eso lo dejamos para los otros, a mí me gusta pensar que si un paciente no va bien es porque "hay dolor sin lesión, y hay una sensibilización central, hay cambios en el neuromatrix usted tiene dolor crónico". Papparruchas, con perdón. ¿Cuántos pacientes de verdad tienen dolor sin lesión? Sabemos identificarlos? Yo de momento no, pero lo fácil para nosotros es decir que este paciente está "pirao". Pero los piraos, también tienen lesiones. Yo soy de los que buscan la lesión y presta atención a cómo esa lesión afecta a ese paciente, a cómo le hace comportarse. El famoso "illness behaviour" que tantas veces se confunde con la exageración y el fingir. Cuánto nos queda por aprender de lo básico para poder llegar a lo avanzado. Yo de momento, me quedo en este esaclón, aunque admiro a los que por fin al subido al siguiente. Y como bien dices, estas son mis reflexiones en voz alta compartidas, en ningún caso digo ni que sea verdad ni que tenga que ser así, es como los pacientes "mi verdad".

Abrazo fuerte

1:06 p. m.  
Blogger villovi ha dicho...

1/1

Muy interesante lo que planteas arco. No puedo más que coincidir contigo con ciertos
matices, como tu dices, mios, propios y personales (y seguramente muy alejados de la
realidad).

En su momento pensé que esto de "evolucionar" como terapeuta era una cuestión de ir subiendo
peldaños, pero lo cierto es que ahora mismo me encuentro en un gran valle donde no hay mucha
diferencia de alturas... La forma que pensar que relatas la he sentido (y siento) en primera
persona. Me parece muy complicado (o excesivamente fácil) aquello del dolor sin lesión. No
lo sabemos. Lo complicado del asunto es que no sabemos si hay lesión y en caso de haberla si
tiene relación o no con la sintomatología del paciente y a la inversa... si el hecho de que
exista sintomatología implica que exista "lesión". De hecho habría que ahondar en el concepto lesión, porque hemos pasado de un concepto de "daño estructural" donde la anatomía era la única responsable de todos los males (las dichosas protusiones discales en la mayoría
de los pacientes con dolor lumbar) a la importancia del movimiento (alteraciones del movimiento) y su relación con el dolor.

Lo bonito de la ciencia es que es un cuento que no tiene fin. Tenemos más medios a nuestro
alcance y por tanto se esta llevando a cabo más investigación. Ahora se estan relacionando
los efectos de la terapia manual con la neurofisiología, algo que hace unos años ni siquiera se planteaba nadie (seguro que alguien se lo planteó...), porque todo era biomecánica articular (y excitación del sistema nervioso simpático).

Tienes toda la razón en cuanto al papel capital del paciente en todo el proceso. Una de las cosas que más me gustan de las artes marciales es que cuando tu "rival" te ha dado una preciosa paliza, le saludas en señal de agradecimiento porque gracias a él puedes aprender, practicar, evolucionar. Casi siempre me quedo con ganas de agradecer a mi paciente el prestarme su tiempo en mi consulta por ayudarme a seguir desarrollándome como profesional.

La experiencia es la madre de toda ciencia, pero con un matiz muy importante: la experiencia
"buena" es diferente de la experiencia "mala". Que un terapeuta como tú saque las
conclusiones que saca es fruto de los esfuerzos que has invertido en llegar donde estas (solo tú sabes el tiempo que llevas estudiando) junto con su experiencia. El problema es que a esa conclusión no llega todo el mundo. Sabes que mucha gente de nuestro gremio sigue pensando que la culpable de todos los males del mundo es "la fascia", o que todo lo que
vemos se debe a somatizaciones viscerales, o subluxaciones vertebrales o una larga retahíla de conceptos teóricos que no tienen en cuentas ciertos aspectos cada vez menos cuestionables como el rol de la red neuronal en cualquier asunto relacionado con el dolor.

2:22 p. m.  
Blogger villovi ha dicho...

2/2

Lo cierto es que muchos de los conocimientos que aparecen sobre "dolor crónico" son teóricos con todavía poca aplicación clínica, pero lo cierto es que cada vez más gente dirige sus esfuerzos en darles un toque práctico y en evidenciar su efectividad: http://bodyinmind.com.au/david-walton-rubber-arm-illusion/

La "corriente actual" (o el bombo que le damos ahora) viene porque antaño todos estos temas tenian una vertiente "psicológica" y ahora se le ha dado un sustrato neuronal. Ahora sabemos en qué medida las creencias y actidudes del paciente pueden ayudarle (o todo lo contrario) a la hora de procesar cualquier información (incluyendo estímulos nociceptivos). Esto abre las puertas a una serie de lineas de investigación para intentar aplicar dichos conocimientos con pacientes en consulta. De momento, esto es solo un comienzo, pero en ningun momento implica romper con nuestra manera de trabajar o hacer las cosas de una menara radicalmente nueva. Seguro que los terapeutas más "prudentes", con más "mano" y con más "rodaje" lo llevan haciendo hace ya mucho tiempo. Como tú bien dices, ahora se trata de desgranar el proceso por el que resulta para intentar aprovechar mejor los conocimientos actuales, pero desde un aspecto clínico, esto es lo que debería haber sido siempre.

Me quedo con la frase "Cuánto nos queda por aprender de lo básico para poder llegar a lo avanzado". A ver si esta semana subo una entrada escrita al respecto.

Un fuerte abrazo para ti y los tuyos.

2:23 p. m.  
Anonymous arco ha dicho...

Hola Vicente
Ahora que has sacado el tema sobre las creencias y actitudes del paciente. El paciente generalmente (no siempre) acude a nosotros por dolor. Es decir viene con el síntoma. hay quien viene después de 1 día con dolor, otros después de 1 semana, de meses o de años!!. Antes me sorprendía que la gente esperara tanto, pero era porque como terapeuta tenía mis creencias sobre si hay dolor hay que ver que pasa. Pero la realidad es muy distinta, cuando yo me convierto en paciente y me duele algo, lo primero que pienso es "ya se pasará", cuando no se pasa sigo pensando que se pasará, y a veces h estado 4 meses sin corre porque la rodilla me dolía. No por nada, sino porque sin corre podía vivir y si no corría no me dolía.

Es decir, tengo mi propia forma de afrontar MIS problemas como paciente. Si eso ya es difícil que como terapeutas lo entendamos, imagínate si un paciente tras otro cada día viene con SU forma de ver su lesión. Nuestro trabajo es OBJETIVAR su SUBJETIVIDAD, para llegar a una conclusión o diagnóstico, pero todas esa barreras están por parte del paciente sí, pero, ¿y las nuestras como terapeutas? No tenemos nosotros creencias, actitudes, comportamientos... Si no sabemos reconocer y abordar la barreras del paciente y además tenemos nuestras propias inclinaciones y opiniones Como tú bien dices todo es por la fascia o por falta de vitamina C o por una senda neurológica del dolor, vétebras fuera del sitio,..., esas son nuestras barreras, las que no nos dejan escuchar al paciente, porque no pretendemos tener información para llegar a una conclusión, sino que de forma premeditada dirigiremos la entrevista del paciente a "nuestra" conclusión. Qué mítica pregunta esa en la historia de "te has caído de culo alguna vez?" Yo no me acuerdo de mí, pero mis hijas se han caído de culo entre mil y dos mil veces por lo menos, y de momento no hay patología a la vista.

Que se demuestren los efectos neurofisiológicos de la terapia manual es genial, te lo digo de verdad, pero el que me dice si lo que hago está por el buen camino es el paciente (qué pesado verdad).

Evidentemente estas carencias vienen de base, ni hablar de cuántas escuelas de fisioterapi hay y cuántos profesores hay que no tienen ni siquiera lo mínimo para poder enseñar al estudiante (bueno cliente diría yo ahora).

Pero da igual, conforme pase el tiempo tendremos que hacernos algunas preguntas no? Por qué si todo son vértebras luxadas, por qué no todos funcionan. La gente no se lo plantea, pero sí que intentan demostralo "científicamente", y aún siguen intentándolo y me temo que será una historia sin fin (al menos yo no lo veré).

Y en cuanto a los estudios, que es un tema que respeto mucho por lo complejo del mismo, qué estudio es el realmente completo, objetivo y que obtiene resultados concluyentes? . Tampoco lo veré. Los estudios son una forma de querer demostrar lo que yo pienso, o tirar por tierra lo que no. La gente habla que los típicos "a propósito de un caso" no son evidencia científica. Claro que sí, porque se relata lo que te ha pasado con un paciente y lo has contado, documentado científicamente. Lo que no puedo es extrapolarlo, pero quizás abre una puerta para seguir en ese camino, o simplemente aprender de otros. Si en vez de querer demostrar científicamente las cosas, investigáramos cómo compartir conocimientos con nuestros colegas sin entrar en luchas de poder de yo más que tú, otro gallo nos cantaría. Ojalá hubiera no un curso sobre "Manejo del paciente", sino tertulias, congresos en lo que predominara fuera el intercambio de información y experiencias. No chairman y chorradas, sino currelas de mono azul (o bata blanca) sentados juntos viendo pacientes y poder aprender unos de los otros). Pero eso es tan utópico que me río de lo estúpido de solo nombrarlo.

En fin, que son temas que nos pueden llevar siglos de discusiones.

3:45 p. m.  
Anonymous arco ha dicho...

¿por cierto, alguien sabría decirme la definición de dolor crónico? O es ¿paciente con dolor crónico? O es ¿Estado de dolor crónico? En fin, cómo investigar sobre algo que ni siquiera está definido en condiciones...

Como dije anteriormente, esto es demasiado para mí.

un abrazo y espero esa entrada.

3:46 p. m.  
Blogger Ani ha dicho...

por favor ayuda.... 7 OPERACIONES DE COLUMNA. ALODINIA, HIPERALGESIA, DOLOR NEUROPATICO MUY SEVERO. QUEMANTE DE FORMA CONTINUA, LA PIEL DE LAS PIERNAS SE ME ARANCA.....

3:57 p. m.  

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