miércoles, abril 11, 2012

Consejos gratuitos varios


¿Imagina que su primo, peón de obra de toda la vida del Señor, se anima a proyectarle los las planos de la vivienda con la que siempre había soñado? ¿O que su vecina, la cardiópata, le propone intervenirle a corazón abierto? No suena muy coherente… pero cuando hablamos del ámbito deportivo, esto suena menos “tonto”.

“Mi vecino tiene un primo que competía en atletismo y me ha diseñado un plan de entrenamiento”. La frase del “preparador” me toca bastante la moral. Y lo hace porque me concierne directamente, primero porque como fisioterapeuta tengo una especie de odio visceral hacia el intrusismo profesional y porque como tengo el placer de trabajar codo con codo con un licenciado en educación física, se de primera mano de qué hablo.

¿Qué pasa en España? Parece que el respeto profesional es ya una leyenda. Lo mismo da que el señor que nos atiende tenga más o menos estudios. ¿Carrera, máster, doctorado? ¿Para qué? Hay monitores que en un fin de semana obtienen un “título” a distancia. Ayer precisamente leía a Carlos López Cubas poniendo un enlace a un centro que ofertaba el título de “técnico en fisioterapia deportiva”. ¿Pero esto qué es?

La gente asocia de manera errónea calidad-precio del mismo modo que asocia incorrectamente experiencia-calidad. “Llevo desde que tengo cinco años entrenando baloncesto… a mi nadie me va a contar ahora algo que no sepa…” Me encanta la humildad del personal… Pero llevado al absurdo sería como si yo me considerara un experto en artes marciales por el hecho de haber recibido más de 17 palizas… ¿Todo buen futbolista es un buen entrenador? ¿Todo buen clínico es un buen docente? No lo creo.

La fisioterapeuta es una profesión que intenta hacerse un hueco en el marco sanitario para dejar de ser considerado un mero técnico y ocupar su parcela específica en el diagnóstico y tratamiento de las alteraciones del movimiento como el especialista en dicho ámbito. Y debemos dar las gracias a las generaciones anteriores que estuvieron tirando del carro para conseguir lo que consiguieron. Tenemos nosotros la obligación de coger el testigo y seguir peleando por llegar a meta. Los licenciados en educación física tienen también esa asignatura pendiente. Deben ocupar su sitio y hacerse respetar porque el intrusismo en su ámbito de trabajo pesa más todavía que en el nuestro. Y si todo el mundo sabe de salud de actividad física y deporte mejor no hablamos.

¿Alguna vez un paciente/cliente os ha intentado dar una lección? Espero sus aportaciones en los comentarios. Un saludo.